REIVINDICANDO LA FIGURA DE ALFONSO DÍAZ ALARCÓN, CREADOR DE LAS ARTICULACIONES MADELMAN
BREVE INTRODUCCIÓN
Alfonso
Díaz Alarcón nació un 9 de Abril de 1925 en la ciudad de Barcelona en
el seno de una familia de tradición escultórica. Su padre era escultor
y pintor de tallas religiosas, y de él adquirió todos los conocimientos
que le permitieron seguir con una tradición familiar que se extendió
durante todo el siglo XX.
Persona
de profundas creencias cristianas y católicas, dedicó su vida al arte
religioso por vocación y pasión, convirtiendo su trabajo en su
principal fuente de riqueza tanto personal como espiritual. Incluso
llegó a decir que no tenía que haber formado una familia porque le
restaba tiempo a su dedicación por el arte religioso cristiano. Su
familia entendía sus palabras: era tan simple como que sentía que le
faltaba tiempo, tiempo para transformar sus inspiraciones en arte.
Trabajador
incansable, educó a sus cuatro hijos dentro de la más pura tradición
católica y, fue su hija Manuela la que, con catorce años, jugó con el
primer Madelman de la historia. Ella era la única hija de la familia y
la niña de sus ojos, y compartió con ella la creación del Madelman. En
la memoria de Manuela quedaron grabados todos esos momentos tan
especiales y divertidos del proceso creativo de su padre en la talla
del muñeco, puesto que Alfonso Díaz nunca había tenido un encargo tan
especial y utilizó al Madelman como elemento afectivo, educativo y de
juego entre ellos. Gracias a su testimonio, entenderemos que el trabajo
de su padre no se trató únicamente de crear unas articulaciones, si no
que fue mucho más lejos de lo que las historias cuentan y de lo que los
seguidores de Madelman creemos.
DIFÍCILES AÑOS 40
La familia de Alfonso Díaz vivía en
Barcelona, en la calle Verdi del barrio de Gracia. Su padre fue
encarcelado durante la dictadura por no ser afín al régimen y realizar
arte religioso. Después de esto se trasladó a vivir a Montjuic,
aprovechando la ayuda de un vecino de la familia, el Sr. Nicolás, que
los acogió en su casa de veraneo.
¿Manuela, como fueron los inicios de tu padre en el arte religioso?
Ya
en el año 1940 ingresó en la escuela de Bellas Artes de Barcelona. Allí
podía desempeñar los estudios en Arte y Escultura religiosa. El ya
sabía esculpir y tallar pero ahí pudo ampliar sus conocimientos.
Sobre el año 1958 entró a trabajar con una carta de recomendación para una empresa de arte religioso llamada Raventós.
Mi padre siempre se traía trabajo a
casa, jamás descansaba, realizaba encargos a parte del trabajo que iba
desarrollando diariamente.
El
primer taller como artista independiente lo tuvo en el año 1974 en el
barrio de Bellvitge de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
¿Cómo definirías a tu padre?
Escultor,
dibujante, pintor, artista, creador y, a veces, inventor. Llegó a
realizar un brazo articulado ortopédico por encargo de un médico. Era
como una mano pinza para coger las cosas. Anteriormente ya había
diseñado el movimiento de los brazos de los “gegants” de Olost de Lluçanés.
Figura
en Bronce de uno de los entrenadores de Joaquín Blume, que actualmente
se encuentra en el pabellón que lleva su mismo nombre.
¿Qué trabajos realizaba?
Lo
principal eran tallas de Jesucristo, vírgenes, pinturas, retablos y
esculturas para muchas iglesias de toda España. Mandaba gran cantidad
de tallas al continente Americano. Muchas de ellas he tenido la
oportunidad de visitarlas. Otras no las he podido encontrar.
Talla de Jesucristo en el taller de Alfonso Díaz en Bellvitge, y él mismo realizando una escultura.
ADA Y EL MADELMAN / EL NACIMIENTO DE UNA OBRA MAESTRA
¿De donde surgió la relación de tu padre con Exin?
Tenía
muchos conocidos en la profesión. Creo que quien le puso en contacto
con Exin fue un amigo suyo, un tal Sr.Ramisa, que lo recomendó por los
conocimientos que tenía.
Mi padre fue a hablar con ellos y Exin le encargó que diseñara y creara un muñeco que fuera articulado.
¿Tú tenias catorce años?
Sí, lo recuerdo muy bien. Sería por la primavera del 66…¡como si lo viera trabajando hoy con el Madelman!.
Un
día llegó a casa y le comentó a mi madre que teníamos que comprar el
material necesario para el muñeco, así que nos envío a la calle del
Carmen, en Barcelona. Por aquel entonces allí se encontraban muchas
casas de venta de material religioso. Compramos bolas de rosario de
distintas tamaños, muelles, y algunas piezas de madera. Eso es todo lo
que utilizó para tallar y crear el Madelman: material religioso.
Bola de Rosario original utilizada y tallas inacabadas de extremidades.
¿Qué más recuerdas del proceso?
Recuerdo
que estaba creándolo en el patio de nuestra casa. Teníamos una glorieta
que hizo él mismo, y allí estaba, sentado con un botijo de agua tallando
las maderas.
¿Recuerdas si hizo algún dibujo o plano del Madelman antes de hacer la primera maqueta?
Sí, dibujaron unos planos grandiosos entre él y un tal Sr. Albert Plaza. Yo recuerdo verlos en muchas ocasiones.
¿Tu padre te iba enseñando cosas?
Lo
recuerdo tallando los brazos y piernas. Él tenía clara la forma y
dimensión del cuerpo, y probaba continuamente la manera de articularlo.
Unió las bolas de los rosarios para el movimiento de cadera, e intentó
alguna cosa con los muelles, pero lo descartó.
Pruebas, entre ellas la unión articulada del torso y la pelvis, formada por dos bolas de rosario.
¿Las manos eran siempre el sello de presentación en todas las obras de tu padre?
En
todas sus tallas religiosas las manos eran siempre exactamente iguales:
los dedos, las palmas,… siempre las hacia igual. Eran las manos de
Jesucristo con su respectivo simbolismo cristiano: la mano derecha es
Jesús dando la bendición, y la izquierda es la mano que se lleva al
corazón.
Brazos con sus manos fijas, pruebas realizas por Alfonso Díaz bajo su supervisión en Exin.
¿Los tornillos como forma de fijación fue idea suya?
Sí,
los incorporó en la unión del torso y la parte baja de la espalda. Hizo primero un molde
en yeso para probarlo; recuerdo las vueltas y vueltas que le dio; e,
incluso, el tiempo que le llevó inventar la cruceta interior para unir
brazos y cabeza.
“Calzoncillos” originales atornillados en yeso.
¿Cuánto tiempo estuvo para crear el Madelman?
Ese
verano acabó todo el cuerpo con sus articulaciones, y fue a Exin a
entregarlo. Entonces, estuvo una buena temporada colaborando con ellos
en todo el tema de moldes y últimos retoques, adaptando y corrigiendo
las últimas versiones del Madelman hasta que, finalmente, obtuvieron el
modelo definitivo y Madel lo patentó.
Primer Madelman combinado de piezas de plástico y madera.
Pero, ahí no acabó su trabajo…
¡No! Él diseñó con madera el cinturón con cartucheras del primer militar. Esta pieza no la conservo.
Un
día empezó a tallar en madera el casco militar, los prismáticos, una
ametralladora y también recuerdo la cantimplora, que tampoco la
conservo. Mis hermanos jugaban continuamente con todo ello, así que hay
partes de madera que desaparecieron.
Prismáticos y cascos
diseñados por A. Díaz realizados en moldes por Exin durante su
estancia. Podemos observar
el casco central tallado en madera (entre
las dos cabezas) y, a su izquierda, en plástico pintado a mano.
¿Cooperó en el diseño de las botas?
Sí, las botas las talló en madera y dejó al Madelman sin pies (risas). Hizo que el muñón encajara en las botas.
¿Intervino para algo en la vestimenta del Madelman?
Botas primer Madelman diseñadas por A. Díaz. En las primeras pruebas no aparecían orificios.
¿Me puedes explicar en quien se inspiró tu padre para realizar la cara del Madelman?
Compró
tres fotos: una era de Roger Moore cuando hacia la serie “El Santo”, la
otra era del agente 007 Sean Connery, y la tercera era del actor Rod
Taylor.
Hizo
un busto de unos 17 cm en barro y luego lo coció, incluso sacó un molde
en yeso. Esta cabeza siempre estuvo rondando por casa, pero desapareció
en la época que mi padre murió.
Roger
Moore “El Santo” Sean
Connery “Agente 007” Rod
Taylor
Cabezas Madelman. Podemos observar dos modelos distintos.
Si no es indiscreción, ¿cuánto cobró por el diseño del Madelman?
No
sé si fueron 3000 ó 7000 pesetas. En aquel tiempo era dinero, y él
estaba contentísimo. Además, le regalaron un Scalextric y un Exin
Castillos.
Mi
padre no era consciente en aquel momento de lo que había hecho. Luego,
pasados los años, entendió todo lo que representaba para los
coleccionistas y la industria del juguete.
¿Te hizo comentarios sobre el Madelman pasados los años?
¡Uy!
Se convirtió en un tema tabú. Era una persona tan sencilla y humilde que no le daba importancia a lo que hizo, no se preocupaba ni lo más
mínimo de atribuirse algún merito. Mi padre había comprado alguno a mis
hermanos y cuando le sacaban el tema siempre me respondía lo mismo: “Yo
no tuve la idea, solo lo creé”.
¿Qué es ADA?
Más piezas del Madelman. Podemos observar la caja con pinturas que se utilizó para pintar los cascos.
LA INUNDACIÓN
Después de todo esto llega la inundación en L’Hospitalet de Llobregat…
Sí,
a principios de los 70. Él estaba trabajando en el estudio que tenía en
casa, una planta baja, y hubo un problema con la red de desagües o algo
parecido. El caso es que el agua subió hasta el nivel de la ventana de
la planta baja. Nosotros estábamos en la planta de arriba y mi padre
nos gritó para que saliéramos de la casa.
Fue
una desgracia porque se le mojaron todos los planos que tenía en el
estudio, entre ellos, los del primer Madelman. Lo único que pudimos
salvar fue una caja metálica donde mi padre guardaba todas las piezas
que creó para el Madelman. Te puedo asegurar que la caja estaba hasta
los topes, pero mis hermanos jugaban con ella y fueron perdiendo piezas
y piezas, si no, lo tendríamos todo en madera.
Manuela Díaz nos enseña la caja donde su padre siempre guardó al Madelman.
AGRADECIMIENTOS A TODA LA FAMILIA DÍAZ
Cuando
contacté por primera vez con Manuela, de inmediato me transmitió un
sentimiento de tristeza e impotencia que había vivido su familia. Ella
siempre se ha preocupado de reivindicar la figura de su padre por el
trabajo realizado en el Madelman. Hace años que ya se hacían
referencias a él en textos publicados en internet, y creo que los más
interesados en el tema conocíamos perfectamente su colaboración.
Sobre
el año 1995 su disgusto fue mayúsculo cuando en un programa de
televisión sobre los inventos del siglo XX atribuían el diseño del
Madelman a un autor anónimo. Manuela contactó con la televisión local
de Barcelona pero no fue atendida debidamente ni obtuvo ninguna
respuesta a su solicitud. Llegó a contactar incluso con la familia
Exin, pero de nada sirvieron sus llamadas.
Espero
con toda mi humildad y cariño que este pequeño reportaje sirva para
poner mi granito de arena a que esa sensación pueda desaparecer a
partir de ahora. Tengo que decir que tuve el privilegio de regalar a
Manuela el libro de Jon Díez de Ulzurrun “El diario de los Madelmanes”,
para que viera que los aficionados y coleccionistas de Madelman ya
sabíamos de la contribución inestimable de su padre.
Por
último, agradecerte toda la confianza depositada en mí, y la
sinceridad, amabilidad y el inmenso cariño que me habéis demostrado
junto con tu marido. Debo decir que el placer ha sido mío y que el
hecho de haberme mostrado vuestro tesoro ha sido para mí un regalo
adelantado de cumpleaños. No me equivoco al afirmar que con Manuela he
ganado una nueva amistad. Un fuerte abrazo para toda la gran familia
Díaz.
8 comentarios:
fantastico
Fabulosa entrevista y recopilación de material gráfico. Enhorabuena por otro imprescindible capítulo recuperando la historia del juguete moderno y sus protagonistas en España!
Este tipo de reportajes sobre los madelman es lo que siempre estaba esperando Nunca me cansaré de saber mas sobre su creación y anecdotas.
Muy interesante.
Muy buen reportagee...no esperavamos menos....saludos desde canariass
Me ha gustado mucho. Lo tengo claro, don Alfonso Díaz Alarcón,, creador del madelman. Ya no se me olvida. Gracias a Don Alfonso por tantas emociones vividas con los madelman.
Un gran homenaje, estupendo artículo !
Estupendo reportaje de investigación. Ha sido como recorrer el camino de baldosas amarillas, para llegar a conocer al mago de Oz. Don Alfonso Díaz, fue el padre de nuestro querido compañero en el tiempo. No lo olvidaré. Cuando jugaba con ellos de niño, siempre pensaba que las manos se parecían a las de las estatuas religiosas que veía en las iglesias. Años más tarde, los coleccionistas pudimos saber por qué.
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