martes, 27 de septiembre de 2016

30 MINUTOS CON JOSÉ MANUEL TORRE



DIRECTOR DE FÁBRICA EN MADEL (1980-1990)

Don José Manuel Torre Crespo vive a caballo entre Cantabria y Barcelona. Nacido en Torrelavega (Cantabria), fue director de fábrica de Manufacturas Delgado “MADEL”. Vivió días de gloria, pero también tuvo que vivir los últimos días de Madel y Exin. Ahora, pasados los años, lo recuerda con cariño y nostalgia, pero tampoco puede olvidar el final tan duro por el que tuvo que pasar. 
De talante reposado y tranquilo, me habla de una manera clara y directa de sus experiencias, principalmente de su paso por Madel. Trabajador ejemplar, se volcó por completo en su labor de dirección; prueba de ello es su manera de hablar, como si Madel hubiera sido suya en parte. Persona discreta, agradable y atenta, no duda en contarme lo que hubiera hecho para salvar Madel y sus “muñecos”. 



¿Cómo es su llegada a Madel?
A través de un anuncio en un periódico local. Hicieron una selección para contratar a un jefe de almacén por allá el año 80. Posteriormente, a mitad de década, pasé a ser director de fábrica.

¿Cuántos trabajadores tenia Madel?
En el momento más álgido tuvo de 50 a 60 trabajadores. En aquel entonces nos acabábamos de trasladar a la fábrica de San Martín de la Vega, y a mí me tocó acabar de vaciar y acondicionar la anterior fábrica de la calle Tomás Bretón de Madrid y, simultáneamente, organizar el almacén de San Martín de la Vega, con una superficie de 3.500 m2.
Hasta las nuevas instalaciones, los trabajadores de la antigua fábrica de Madel se desplazaban cada día en un autobús desde la plaza de Legazpi en  Madrid. El resto de la plantilla eran  trabajadores del mismo San Martín de la Vega. Posteriormente, con la primera crisis, se fueron todos los trabajadores de San Martín y nos quedamos con todos los antiguos de Madel.

Fábrica Madel en San Martín de la Vega (fotos cedidas por J. M. Torre)

¿Qué hacía Exin y qué hacía Madel para la fabricación del Madelman?
El diseño de los personajes se hacía en Exin. A nosotros nos llegaban los moldes, y los inyectábamos en fábrica. Teníamos un taller bastante preparado para el mantenimiento, rectificado e incluso para poderlos modificar. Había una parte de tampografía, pintura, etc…

¿Una parte del trabajo de montaje se hacía fuera de fábrica?
Una vez teníamos todas las partes inyectadas y fabricadas, su montaje se externalizaba. En los inicios de Madel, todas las partes del cuerpo se articulaban en el barrio de Lucero de Madrid. Esa parte yo no la viví.
En esa época de grandes producciones, había un trabajador que cargaba la furgoneta con todas las piezas, era como el “pescadero”: hacía un recorrido por varios barrios de la periferia de Madrid, siendo el principal de ellos el Barrio del Lucero. Tocaba el claxon y la gente que estaba interesada en montar salía a recoger las piezas. Después, se encargaba de apuntar lo que había hecho cada persona. También había trabajadores de Madel que se llevaban el material a casa para montarlo. Era un trabajo muy laborioso (articular los brazos, piernas, rótula, etc.), así que se necesitaba invertir mucho tiempo en el montaje de los muñecos. Posteriormente, con el traslado de la fábrica a San Martín de la Vega, los montajes de subconjuntos  y partes de los Madelman y sus accesorios se repartían a talleres y grupos locales, terminando posteriormente los equipos en la fábrica.

¿Y todo el tema de los trajes?
Toda la gente que cosía y confeccionaba la ropa estaba centralizada en Villarejo de Salvanés.

Villarejo de Salvanés

Había una chica que venía a Madel a recoger toda la ropa que troquelábamos. Ella tenía una tienda y taller de confección con un gran número de personas que cosían y, además, en momentos de muchísima producción, lo repartía por todo el pueblo. Pasaba regularmente por fábrica a traer los trajes y a llevarse más. Nosotros desde fábrica gestionábamos la compra de todas las telas para las vestimentas.
Madel tenía una estructura muy seria de empresa, con una figura para cada departamento.

Organigrama de Madel (Cedido por J. M. Torre)

¿Cómo se iniciaba el desarrollo de un nuevo Madelman?
Traían prototipos de Exin. Cuando yo llegué, esa parte iba muy rodada, todo el proceso estaba muy asumido. Había reuniones y cada cierto tiempo venía el Sr. Arnau. Nos pasaban toda la información necesaria sobre el nuevo producto, era una cosa muy repetitiva. El Sr. Arnau era muy escrupuloso y meticuloso, parte del éxito del Madelman fue por eso.

¿Cómo nació la relación entre el Sr. Arnau y el Sr. Andrés Campos, los dos socios de Madel?
Parece ser, por lo que yo sé, que se conocieron en el servicio militar y ahí establecieron una relación de amistad.

¿Quién estaba de director durante su estancia en Madel?
Estaba el hijo del Sr. Andrés Pascual, Andrés Campos. A su padre no lo conocí, ya estaba retirado.

¿Cómo se veía la relación con Exin?
Exin era la casa madre, pero teníamos total autonomía para la gestión del día a día. Nuestros especialistas en moldes e inyección eran buenísimos. En aquella época teníamos la maquinaria y el saber. Cualquier cosa que venía de Exin y no funcionaba la arreglábamos y ya está, créeme que pasaba.

¿Qué me puedes contar de ExinMex? ¿En qué participaba Madel?
Montaron ExinMex, como cualquier otra empresa de Sudamérica. Era otra filosofía, creo que fue un poco desastre. Venían ingenieros de Méjico a Madel para coordinar y recoger información de los procesos productivos. En cierta ocasión, al recoger en el  aeropuerto  a uno de los directivos de Méjico, el equipaje incluía unos esquíes, lo que supuso una situación complicada para transportarlos en mi coche (risas).
Hubo una persona de Exin coordinando todo el proceso, y el personal técnico de Barcelona se desplazaba a Méjico para la puesta en marcha de la fabricación. En esa época, la forma de ser de los trabajadores de Méjico era muy distinta a la nuestra, lo que provocaba situaciones extrañas. Se contaba que los trabajadores cobraban el salario los sábados y aparecían los martes o miércoles cuando ya no les quedaba dinero. No se sabía con qué personal podías contar en cada momento, por lo que la gestión y la productividad era muy complicada.

¿Cómo funcionaba el montaje del Madelman en ExinMex?
Se preparaban envíos de piezas, ropa, etc. a través de contenedores. Se mandaban sin montar porque, por aquel entonces, las normas del país no dejaban hacerlo. Allí ya se encargaban de montarlo todo. 

Madelman Guardia Nacional y Hombre Rana fabricados por ExinMex

ExinMex era un extra de facturación para Madel. En la última época se quedaron cantidades sin cobrar y teníamos mucho material pendiente de enviar en el almacén.

¿A qué se debieron todas las variaciones que hubo en los cuerpos de los Madelman, como por ejemplo que llevaran las piernas de las mujeres Madelman?
Cuando yo llegué, Madel empezaba una etapa de declive en la venta de los Madelman: los Cósmic, mucho “refrito” de lo anterior… Llegábamos a decir: “¿Qué tenemos en stock para montar estos?” Todas las variaciones que hubo al final en el muñeco, entre ellas las piernas, fueron debidas al hecho de intentar aprovechar el material que ya teníamos fabricado. Sé que a los coleccionistas les gusta mucho pero la realidad era esa: con lo que teníamos, montábamos.

Madelman  futbolista selección alemana 1982

Teníamos una cantidad de piezas bestial, un montón de referencias a mover diariamente, una auténtica locura. Hacías reuniones de programación y buscabas opciones para cubrir la demanda. No te niego que en un momento de crisis decía: “coge esto y coge lo otro, y se acabó” (muchas risas) y más, al final de todo. De esta manera nacieron las variaciones que tanto gustan.

¿Cuándo notaste que se acercaba el final?
La nave M7X y los Cósmic funcionaron muy bien y luego la venta fue disminuyendo. Los futbolistas no funcionaron como se esperaba. Años antes, el Superman ya fue un gran fracaso de ventas.
El almacén estaba repleto de cajas de muñecos que se pensó que iban a ser la bomba. Se hicieron muchos y quedó una gran cantidad sin montar. En esos últimos años del Madelman la empresa cambió su enfoque y lo que inicialmente era básicamente la fabricación de los “muñecos” complementada con algún juguete de temporada, giró 180º y se convirtió en el juguete dirigido a la campaña de finales de año, lo que mantuvo la empresa. Bastantes juguetes estrella de aquella época (Lumirama, Cose Cose, Skedoole...) salieron de las mismas máquinas y procesos que los Madelman.
Cuando bajaron las ventas bajó la producción del Madelman, y coincidiendo con la primera crisis de Exin, se desviaron líneas de Exin a Madel, como Tente Elephant, Scalextric STS y Exin Castillos, en un intento de potenciar la fabricación. Si realmente desapareció Madel fue porque cayeron  las ventas del producto de Exin.
En Barcelona había una superestructura difícil de soportar. Para mí, una de las soluciones hubiera sido desmontar Barcelona y potenciar Madrid, porque era más fácil de rentabilizar y resultaba más barato. Las instalaciones eran muy buenas, y hubiéramos aguantado posiblemente más, aunque la globalización y la entrada de producto chino hubieran forzado un cambio total en la idea de empresa, pero esa es mi opinión. 

Madelman Comandante y Piloto de Astronave (serie Cosmic)

Entonces, ¿te tocó a ti realizar los despidos de los trabajadores?
Sí, después de muchas negociaciones se llegó a un acuerdo con la plantilla y se procedió al cierre. En ese momento fueron 44  los trabajadores afectados. Entraban uno a uno en el despacho acompañados de personas del sindicato y recibían su finiquito. Por suerte, todo el mundo pudo cobrar la indemnización. Fue muy duro, tuve que ir capeando el temporal con todos.
A partir de ahí aparecen los “cuervos”: gente que venía a ver que podía comprar, los que vendían a las tómbolas, y otros oportunistas. Muchos se pensaban que todo era gratis sólo por el hecho de que cerrábamos.

¿Qué se hizo con todo el material de Madelman?
Se vació la fábrica y se tiró prácticamente todo a la basura, sin más. Tuvimos la suerte de vender lo que estaba acabado a un distribuidor bastante bueno de Inglaterra y con eso se pudieron pagar todas las indemnizaciones de los trabajadores.
Todos los moldes se llevaron a Exin en Molins de Rei y se dejaron en los sótanos. Ya no se hizo nada con ellos, aparte de hacerlos aparecer en el inventario de cada año.


Estado actual de Madel en San Martín de la Vega (Fotos tomadas por J. Diez de Ulzurrun)

Cuando cierra Madel te vas a Exin Barcelona. ¿Cómo fue?
Ya habían hecho la primera suspensión de pagos. Me ofrecieron la oportunidad de seguir trabajando en el sector del juguete y no nos lo pensamos. Desgraciadamente, unos años más tarde me tocó volver a pasar por otro final, un final por el estilo, claro y contundente. La Nintendo machacó al Scalextric, al igual que el Playmobil machacó al Madelman. En el caso del Madelman de nada sirvió el 2050: no podías competir contra una pieza de inyección más económica.


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